top of page
Buscar

Ventajas y desventajas de vivir en un conjunto cerrado en Bogotá

Ventajas y desventajas de vivir en un conjunto cerrado en Bogotá

Bogotá ha experimentado un crecimiento urbano sostenido que ha transformado la forma en que vivimos. Entre las opciones más populares en las últimas décadas están los conjuntos cerrados: espacios residenciales planificados que ofrecen seguridad, comodidades y una estructura comunitaria definida. Pero aunque muchas personas los eligen por sus ventajas, también presentan desafíos que vale la pena considerar.

A continuación, exploramos las principales ventajas y desventajas de vivir en un conjunto cerrado en Bogotá, con algunos ejemplos reales que reflejan lo que implica esta experiencia.


Mayor seguridad y control de acceso

La seguridad es, sin duda, una de las razones más comunes para mudarse a un conjunto cerrado. La presencia de vigilancia 24/7, cámaras de seguridad, porterías con control de acceso y protocolos para visitantes generan una sensación de protección, especialmente en una ciudad con importantes retos en materia de seguridad ciudadana.

Laura, una madre soltera que se trasladó a un conjunto en Suba con sus dos hijos pequeños, nos relató cómo la tranquilidad de saber que sus hijos pueden jugar en el parque infantil sin la preocupación del tráfico o la presencia de desconocidos fue decisiva para ella. “Sentía que en la calle estaba expuesta. Aquí sé quién entra y quién sale”, comentó.


Zonas comunes que enriquecen la vida cotidiana

Muchos conjuntos cerrados en Bogotá ofrecen áreas comunes como salones sociales, gimnasios, parques infantiles, piscinas o canchas deportivas. Estas zonas mejoran la calidad de vida y fortalecen el sentido de comunidad entre los residentes.

Para Carlos y Andrea, una pareja joven que vive en Colina Campestre, una de sus actividades favoritas es organizar una tarde de cine mensual en el salón comunal: “Invitamos a los vecinos, llevamos crispetas y proyectamos una película para niños o familias. Así hemos hecho muchos buenos amigos".


Organización y mantenimiento

Las administraciones de los conjuntos cerrados suelen encargarse del mantenimiento de las zonas comunes, la jardinería, la limpieza y el cumplimiento del reglamento interno. Esto garantiza espacios limpios, ordenados y en buen estado.

Este orden también implica normas claras sobre el uso de las áreas compartidas, el volumen de música, el manejo de mascotas y otros aspectos de la convivencia. Para muchas personas, esta estructura ayuda a evitar conflictos y mantener el entorno armonioso.


Reglas que pueden sentirse restrictivas

Sin embargo, este mismo reglamento puede ser percibido por algunos como demasiado estricto. Hay quienes se sienten limitados por normas que regulan hasta aspectos como la decoración del balcón o la forma de tender la ropa.

Camilo, diseñador gráfico que vive en Cedritos, recuerda que recibió un llamado de atención de la administración por colgar ropa en su balcón. Dice que al principio le pareció exagerado, pero luego entendió que si todos hicieran lo que quisieran, el conjunto perdería su armonía visual. "Es parte del acuerdo”, reflexiona.


Cuotas de administración elevadas

Las comodidades de vivir en un conjunto cerrado tienen un costo. Dependiendo de la ubicación, tamaño y servicios ofrecidos, las cuotas de administración pueden representar una carga significativa dentro del presupuesto mensual.

Por ejemplo, en conjuntos con piscina, gimnasio, vigilancia privada y amplias zonas verdes, las cuotas pueden superar fácilmente los $600.000 mensuales. Este aspecto es clave al momento de evaluar la viabilidad financiera de vivir en este tipo de espacios.


Posibles roces con los vecinos

La cercanía entre vecinos y el uso compartido de espacios puede derivar en conflictos si no hay normas claras o no se manejan con tolerancia y comunicación.

Diana, residente de un conjunto en Usaquén, recuerda un incidente con un vecino relacionado con el parqueadero de visitantes. “Él usaba el espacio como si fuera suyo, y cuando lo confronté, se armó una discusión incómoda. Por suerte, la administración intervino a tiempo y se logró una solución. Pero son situaciones que pueden ocurrir”, señaló.


¿Es para ti vivir en conjunto cerrado?

Vivir en conjunto cerrado es, en muchos sentidos, elegir un estilo de vida comunitario. Ofrece seguridad, acceso a servicios compartidos y un entorno más organizado, pero también exige adaptarse a reglas comunes, asumir costos adicionales y desarrollar habilidades de convivencia.

Para quienes valoran la estructura, la tranquilidad y el sentido de pertenencia, puede ser la opción ideal. Para otros, la libertad de una vivienda independiente puede resultar más atractiva.


Bogotá ofrece opciones para todos los estilos de vida. Lo importante es conocer bien las implicaciones de cada tipo de vivienda y elegir aquella que se ajuste mejor a tus necesidades, valores y expectativas.



Comments


©2020 by Giraldo Romero Asociados. Proudly created with Wix.com

bottom of page