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  • El arte de crear un hogar: 5 consejos para que tu casa se sienta como un santuario

    Foto por Giraldo Romero Asociados En Colombia, la palabra "hogar" va mucho más allá de las cuatro paredes y un techo. Es el refugio, el epicentro de la vida familiar, el lugar de las tertulias con amigos y el espacio donde recargamos energías después de un largo día. Pero, ¿cómo transformar una simple casa o apartamento en ese santuario personal, ese espacio que nos abraza y nos brinda paz? Convertir tu vivienda en un oasis de bienestar es un arte que combina diseño, emoción y consciencia. Aquí te compartimos 5 consejos clave para lograr que tu casa se sienta como un verdadero santuario: 1. Despeja el espacio, despeja la mente El desorden es el enemigo silencioso de la paz. Un ambiente abarrotado es visualmente caótico y puede generar estrés y ansiedad. El primer paso para crear un santuario es despejar. Realiza una limpieza profunda, deshazte de aquello que no usas o no te trae alegría y organiza lo que queda. Cada objeto debe tener un lugar. Piensa en el minimalismo funcional: menos cosas, pero que cada una tenga un propósito y un valor emocional. Al liberar espacio físico, liberarás también espacio mental, permitiendo que la energía fluya más libremente. 2. Incorpora la naturaleza La conexión con la naturaleza tiene un poder terapéutico innegable. Traer elementos naturales al interior de tu hogar embellece, purifica el aire y crea una atmósfera de calma. Incorpora plantas de interior: desde un majestuoso ficus en la sala hasta pequeñas suculentas en tu escritorio. Elige plantas que se adapten al clima de tu entorno y a la luz de tu espacio. Además, puedes añadir elementos como madera natural, piedras decorativas o fuentes de agua pequeñas. Los sonidos y las texturas de la naturaleza son un bálsamo para el alma. 3. Juega con la iluminación para crear ambientes La luz tiene el poder de transformar cualquier espacio. Olvídate de una única luz central y fría. Un santuario se construye con capas de iluminación. Utiliza luz cálida que invite al recogimiento y la relajación. Combina luces indirectas, lámparas de pie, apliques de pared y velas para crear diferentes ambientes. Durante el día, maximiza la luz natural con cortinas ligeras que permitan el paso del sol. Por la noche, atenúa las luces principales y enciende lámparas puntuales para un toque acogedor. La iluminación adecuada puede cambiar completamente la percepción y el estado de ánimo de un espacio. 4. Estimula los sentidos con aromas y sonidos Un verdadero santuario apela a todos los sentidos. Para el olfato, utiliza difusores con aceites esenciales (lavanda para relajar, eucalipto para energizar), velas aromáticas o inciensos suaves. Los olores tienen un impacto profundo en nuestro estado de ánimo. Para el oído, considera añadir un sistema de sonido discreto para música relajante, sonidos de la naturaleza o incluso un toque de bambú en una ventana que produzca un suave tintineo con la brisa. Evita el ruido excesivo y crea zonas de silencio. Elige texturas suaves en tus cojines, mantas y alfombras para una experiencia táctil placentera. 5. Personaliza con significado Finalmente, un santuario debe reflejar tu esencia y tu historia. No se trata de seguir tendencias, sino de rodearte de objetos que tengan un significado personal. Fotografías familiares, obras de arte que te inspiren, recuerdos de viajes, libros favoritos o artesanías que evoquen momentos felices. Estos elementos infunden el espacio con tu energía y lo convierten en un lugar verdaderamente tuyo. Cada rincón debe contarte una historia y recordarte quién eres y qué valoras. Convertir tu casa en un santuario es un viaje continuo, una práctica de auto-cuidado y de diseño consciente. Es invertir en tu bienestar y en la calidad de vida que mereces. Ten en cuenta nuestros consejos y podrás llegar a dominar el arte de crear un hogar.

  • Comprar sobre planos: ¿La mejor opción para una inversión a largo plazo?

    Imagen generada con Gemini por Giraldo Romero Asociados La compra de vivienda sobre planos, es decir, adquirir una propiedad antes de que su construcción haya finalizado, se ha posicionado como una de las estrategias de inversión más atractivas en el mercado inmobiliario. La promesa es simple: comprar a un precio más bajo que el del mercado, pagar la cuota inicial en plazos y esperar la valorización  para obtener una ganancia sustancial. Pero, ¿es realmente la mejor opción para una inversión a largo plazo? La respuesta depende de una comprensión profunda de sus ventajas y riesgos. La principal motivación de un inversionista al comprar sobre planos es la alta probabilidad de que el valor de la propiedad se incremente desde el momento de la compra hasta su entrega. Los precios suelen ser más bajos en las etapas iniciales del proyecto para atraer a los primeros compradores. A medida que la construcción avanza y la zona se desarrolla, el valor del inmueble sube, generando una ganancia inmediata al momento de la entrega, incluso antes de que se arriende o se venda. Además, una de las mayores ventajas de esta modalidad es el plan de pagos escalonado . Generalmente, la cuota inicial se divide en pagos mensuales sin intereses durante el periodo de construcción, lo que permite a los inversionistas organizar sus finanzas sin la presión de un pago único y voluminoso. Por último, adquirir un inmueble nuevo implica que la propiedad estará en perfectas condiciones, lo que reduce significativamente los costos de mantenimiento y reparaciones en el corto plazo. Sin embargo, hay otra cara de la moneda. Uno de los mayores riesgos es el retraso en la construcción , un problema común en muchos proyectos que puede afectar tu planeación financiera. En el peor de los casos, si la constructora enfrenta problemas, el proyecto podría incluso ser suspendido o cancelado. Por otro lado, si bien la valorización es el objetivo, no está garantizada. Una recesión económica o un cambio en la demanda de la zona pueden hacer que el valor final de la propiedad sea menor al esperado. Finalmente, el saldo final de la propiedad se paga al momento de la entrega, generalmente a través de un crédito hipotecario. Si tus condiciones laborales o financieras cambian durante el periodo de construcción, podrías enfrentar dificultades para obtener el crédito necesario, poniendo en riesgo la inversión total. En suma, comprar sobre planos es una estrategia de alto riesgo, alta recompensa . No es para cualquier inversionista, pero para quienes están dispuestos a realizar una profunda debida diligencia , puede ser una de las mejores decisiones de su vida. Antes de firmar, investiga a fondo la reputación de la constructora y la fiduciaria . Analiza su historial, proyectos anteriores y la opinión de compradores. Lee detenidamente el contrato, asegurándote de entender las cláusulas de entrega, penalizaciones por incumplimiento y las condiciones de financiación. La inversión a largo plazo en proyectos sobre planos es una herramienta poderosa, pero su éxito no se basa en la suerte, sino en la información y la preparación .

  • ¿Apartamento o casa? Desmitificando las rentabilidades de cada tipo de propiedad

    Foto generada con Gemini por Giraldo Romero Asociados ¿Apartamento o casa? Esta pregunta es tan antigua como el propio mercado inmobiliario. Para un comprador de vivienda, la elección suele basarse en el estilo de vida, el espacio o el tamaño de la familia. Sin embargo, para el inversionista , la decisión debe ir más allá de las preferencias personales para centrarse en una sola métrica: la rentabilidad . Aunque muchos asumen que la casa, por ser más grande, siempre es más rentable, la realidad es mucho más matizada. La verdadera rentabilidad depende no sólo del valor de la propiedad, sino de los ingresos que genera y los costos asociados. La rentabilidad del apartamento: El rey del flujo de caja Los apartamentos, especialmente en las grandes ciudades, suelen ofrecer una rentabilidad por alquiler más predecible y consistente. Su ventaja competitiva reside en: Menor inversión inicial:  Generalmente, los apartamentos son más asequibles que las casas, lo que permite a los inversionistas con un capital limitado entrar al mercado más fácilmente. Esto también reduce los riesgos financieros. Mayor liquidez:  Al tener un precio más bajo y una demanda constante (sobre todo en áreas urbanas), los apartamentos se venden y arriendan más rápido. Costos de mantenimiento compartidos:  Los costos de reparaciones en áreas comunes y la seguridad se distribuyen entre todos los propietarios a través de la cuota de administración. Esto minimiza los gastos inesperados para un solo dueño. Demanda constante:  La vida moderna en las ciudades impulsa la demanda de apartamentos, ya sea para jóvenes profesionales, estudiantes o parejas sin hijos. El flujo de caja de un apartamento suele ser estable , lo que lo convierte en una excelente opción para quienes buscan ingresos pasivos regulares. La rentabilidad de la casa: El poder de la valorización a largo plazo Por otro lado, la casa, ya sea en un barrio tradicional o en un conjunto cerrado, juega un rol diferente. Su principal atractivo no es tanto el flujo de caja, sino la valorización del capital  a largo plazo. Potencial de crecimiento:  El valor de las casas tiende a apreciarse más que el de los apartamentos, especialmente en ubicaciones con alta demanda de familias, buen desarrollo urbano y expansión. La tierra en la que se asienta la casa también se valora. Mayor control:  Como propietario de una casa, tienes el control total sobre la propiedad. Puedes hacer remodelaciones, ampliaciones o mejoras sin tener que pasar por la aprobación de una asamblea de copropietarios. Arrendamientos a largo plazo:  Las casas suelen ser arrendadas por familias que buscan estabilidad, lo que se traduce en contratos más largos y menos rotación de inquilinos, reduciendo los costos de vacancia. La rentabilidad de una casa a menudo no es tan alta en términos de porcentaje de alquiler anual, pero su crecimiento en valor  puede compensar con creces esta diferencia al momento de la venta. La rentabilidad no es una fórmula única Entonces, ¿cuál es la mejor opción? La respuesta, como en la mayoría de las inversiones, depende de tu estrategia y perfil de riesgo. Si buscas un flujo de caja constante  y una inversión con menor riesgo, el apartamento  es tu mejor aliado. Si tu objetivo es la valorización del capital  a largo plazo y estás dispuesto a asumir más costos de mantenimiento, la casa  podría ser la apuesta más rentable al final del camino. En el mercado inmobiliario colombiano, ambos tipos de propiedad tienen su lugar y su público. Desmitificar su rentabilidad no es elegir uno sobre el otro, sino entender que cada uno ofrece un tipo de retorno diferente, y la mejor inversión es aquella que se alinea con tus metas financieras.

  • El impacto del cambio climático en el mercado inmobiliario colombiano

    Foto por Pixabay: https://www.pexels.com/photo/rain-drops-459451/ El cambio climático ya no es una amenaza futura: es una realidad que está transformando de forma silenciosa —pero contundente— el mercado inmobiliario en Colombia. Fenómenos como las lluvias extremas, sequías prolongadas, aumento de temperaturas y deslizamientos no solo afectan la vida cotidiana, sino también el valor, la ubicación y la viabilidad de los proyectos inmobiliarios. Tanto compradores como inversionistas deben comenzar a incorporar criterios climáticos en sus decisiones, si quieren proteger su inversión y garantizar su sostenibilidad en el tiempo. En los últimos años, diversas regiones del país han evidenciado los efectos directos del cambio climático. En ciudades como Bogotá y Medellín, las temporadas de lluvias intensas han causado inundaciones en sectores residenciales, afectando viviendas, vías de acceso y redes de servicios. En zonas rurales de la Sabana de Bogotá, Cundinamarca y los Llanos Orientales, las sequías han deteriorado suelos, reducido fuentes hídricas y aumentado la fragilidad de los ecosistemas. En regiones montañosas como Manizales o el Eje Cafetero, los deslizamientos recurrentes han obligado a evacuar predios, incluso en áreas antes consideradas estables. Estos eventos extremos ya están incidiendo en la percepción de riesgo de ciertos sectores, y en consecuencia, en su valorización. Zonas con antecedentes de inundación, fallas geológicas o dificultad de acceso en temporada invernal tienden a perder atractivo comercial, mientras que otras comienzan a destacarse por su resiliencia ambiental. Algunos compradores ya preguntan por el historial de afectaciones climáticas de un predio, la calidad de drenajes pluviales o la cercanía a cuerpos de agua con riesgo de desborde. Los constructores y promotores también están sintiendo el impacto. El aumento en los costos de materiales resistentes al clima, la necesidad de reforzar estructuras en zonas de riesgo y las exigencias ambientales más estrictas en licencias urbanísticas están llevando a repensar los modelos de desarrollo. Ya no se trata solo de construir más, sino de construir mejor. De hecho, muchos municipios están actualizando sus Planes de Ordenamiento Territorial (POT) para restringir la expansión urbana en áreas de riesgo climático. En paralelo, las soluciones sostenibles comienzan a ganar terreno. Los proyectos de vivienda que incorporan diseño bioclimático, techos verdes, sistemas de recolección de aguas lluvias o tecnologías de eficiencia energética están siendo mejor valorados en el mercado, especialmente entre compradores jóvenes y conscientes. Incluso los fondos de inversión inmobiliaria internacionales ya priorizan proyectos certificados ambientalmente, bajo el principio de “activos resilientes”. Para propietarios e inversionistas, el cambio climático plantea nuevas preguntas: ¿Está mi propiedad en una zona vulnerable? ¿Tiene condiciones para adaptarse a extremos de temperatura o lluvias? ¿El valor de este inmueble será sostenible a largo plazo o podría depreciarse por factores ambientales? Estas consideraciones ya no son marginales: son parte esencial de una estrategia de inversión responsable. Por eso, es clave comenzar a incorporar variables climáticas en los análisis de compra, venta o desarrollo de propiedad raíz. Consultar mapas de riesgos, verificar antecedentes de afectaciones, exigir diseños sostenibles y priorizar proyectos adaptados a las nuevas realidades climáticas ayuda a proteger el patrimonio y responde a una demanda creciente de usuarios que exigen viviendas más responsables con el entorno. Amén de modificar el paisaje, el cambio climático está reconfigurando la lógica del mercado inmobiliario colombiano. Adaptarse es una forma de invertir con visión.

  • Decoración low-cost para aumentar el atractivo de tu propiedad antes de vender o arrendar

    Foto por Giraldo Romero Asociados: https://www.giraldoromeroasociados.com/properties/apartamento-en-santa-ana-occidental En un mercado inmobiliario competitivo como el de Bogotá, destacar una propiedad entre las múltiples opciones disponibles es clave para acelerar su venta o arrendamiento. Una estrategia efectiva —y a menudo subestimada— es la mejora visual del inmueble a través de una decoración accesible, de bajo costo, pero estratégicamente pensada para generar impacto. No se trata de hacer grandes remodelaciones, sino de aplicar cambios puntuales que resalten lo mejor del espacio, lo hagan más acogedor y ayuden al comprador o arrendatario a proyectarse viviendo allí. Además de mostrarse más atractivo en fotografías y visitas, un inmueble bien presentado transmite la sensación de que ha sido bien cuidado, lo que genera confianza y facilita la negociación. La primera impresión importa, y mucho. Un punto de partida esencial es la neutralidad . Pintar paredes con tonos claros y neutros —como blanco, beige o gris suave— amplía visualmente los espacios y permite que los interesados visualicen mejor sus propios muebles y estilo. La pintura es uno de los cambios más económicos y efectivos para renovar el ambiente, especialmente si hay manchas, grietas o colores muy personalizados que puedan desagradar. Otra acción básica de bajo costo es la iluminación estratégica . Cambiar bombillos por opciones LED cálidas y de buena intensidad, limpiar luminarias y abrir cortinas para aprovechar al máximo la luz natural son decisiones simples que transforman la percepción del lugar. Un espacio bien iluminado parece más grande, más limpio y más moderno. La distribución y orden  también juegan un papel fundamental. Antes de mostrar el inmueble, es importante despersonalizar los ambientes: retirar objetos personales, reducir adornos excesivos y reorganizar los muebles para dar fluidez. En algunos casos, menos es más. Si el presupuesto lo permite, agregar algunos cojines nuevos, una planta interior o una alfombra pequeña puede aportar calidez sin mayores gastos. En espacios pequeños, los espejos  son grandes aliados: amplían visualmente y reflejan la luz. También puedes renovar muebles o puertas desgastadas con vinilos adhesivos, una solución económica y fácil de instalar que aporta un aire contemporáneo, especialmente en cocinas y baños. Para el exterior, un pequeño mantenimiento puede marcar la diferencia. Cortar el césped, limpiar la fachada o agregar una matera en la entrada ayuda a crear una sensación de bienvenida que se traduce en una mejor disposición del visitante. Estos detalles pueden parecer menores, pero están comprobados como factores que mejoran la impresión general del inmueble y aceleran la decisión de compra o arriendo. No se necesita un gran presupuesto para generar impacto. Se precisa estrategia, buen gusto y pensar en la experiencia del potencial cliente. Una propiedad bien presentada puede venderse más rápido, recibir mejores ofertas o lograr un arriendo más estable. Con pequeñas inversiones, es posible aumentar el atractivo de tu propiedad antes de vender o arrendar, destacar entre la competencia, generar valor percibido y mejorar los resultados de la gestión inmobiliaria. La decoración low-cost es una herramienta concreta de marketing inmobiliario que, bien aplicada, ofrece retornos rápidos y visibles.

  • Cuándo y por qué contratar un seguro inmobiliario en Colombia

    Foto por Pixabay: https://www.pexels.com/photo/umbrella-lot-268941/ Comprar una propiedad es, para la mayoría de las personas, una de las decisiones financieras más importantes de su vida. Ya sea vivienda propia, inmueble arrendado o inversión patrimonial, contar con un seguro adecuado no es un gasto adicional, sino una herramienta estratégica para proteger ese patrimonio frente a imprevistos que pueden comprometer su valor, su rentabilidad o su uso. En el mercado colombiano, la oferta de seguros inmobiliarios se ha diversificado, permitiendo a propietarios, arrendatarios e inversionistas acceder a productos diseñados a la medida de sus riesgos y necesidades. Las pólizas disponibles incluyen coberturas esenciales como protección contra incendios, terremotos, daños por agua, explosión, robo o vandalismo, además de responsabilidad civil extracontractual, que cubre los daños ocasionados a terceros desde el inmueble. También es posible contratar seguros de arrendamiento, muy populares entre propietarios que rentan su vivienda, los cuales protegen frente a la falta de pago, servicios públicos impagados, cuotas de administración vencidas e incluso daños causados por el inquilino. Para quienes generan ingresos con sus inmuebles, existen seguros con cobertura por lucro cesante, que compensan si la propiedad queda inhabitable y no puede ser usada o arrendada. La contratación del seguro puede recaer sobre el propietario, el arrendatario o ambos, dependiendo de las condiciones del contrato y el tipo de cobertura. Mientras que el propietario es quien generalmente asegura la estructura física, los inquilinos pueden contratar pólizas complementarias para proteger su mobiliario o cubrir daños que eventualmente ocasionen. En propiedades sometidas a régimen de propiedad horizontal, es obligatorio que la copropiedad tenga una póliza general sobre zonas comunes, pero ésta no cubre los espacios privados de cada apartamento o casa, un aspecto que muchos propietarios desconocen. Hay situaciones en las que contratar un seguro inmobiliario es más que recomendable. Inversionistas que arriendan múltiples propiedades deben considerar el seguro de arrendamiento como una herramienta de protección financiera indispensable. Lo mismo ocurre con propietarios de casas campestres o inmuebles que permanecen desocupados por temporadas, más expuestos a robos o deterioros no detectados a tiempo. Viviendas ubicadas en zonas propensas a sismos, deslizamientos o inundaciones, así como aquellas que han sido remodeladas recientemente con acabados de alto valor, también se benefician de un seguro que garantice la reposición o reparación en caso de siniestro. El costo del seguro inmobiliario varía según la aseguradora, el tipo de cobertura, el valor asegurado y las características del inmueble. Por ejemplo, una póliza básica contra incendio y terremoto puede costar entre el 0.12 % y el 0.25 % anual del valor asegurado. En el caso del seguro de arrendamiento, los costos oscilan entre el 1.5 % y el 2.5 % mensual del canon de arriendo, aunque algunas empresas ofrecen planes anuales más económicos. A estas coberturas básicas se les pueden añadir módulos opcionales como responsabilidad civil, robo o lucro cesante. Por eso, es recomendable cotizar con distintas compañías, revisar cuidadosamente las exclusiones y deducibles, y considerar el respaldo que ofrece cada aseguradora. Contratar un seguro para tu propiedad protege una estructura física pero sobre todo, protege tu tranquilidad, tu liquidez y tu capacidad de mantener el valor de tu inversión. En un contexto como el colombiano, donde los riesgos naturales, legales y financieros están presentes, asegurar tu inmueble es una decisión inteligente y cada vez más necesaria. Integrar esta herramienta en tu estrategia patrimonial es actuar con visión y responsabilidad.

  • Viviendas inteligentes: la tecnología está redefiniendo el concepto de hogar en Colombia

    Foto por Kindel Media: https://www.pexels.com/photo/a-clicbot-slicing-holding-a-knife-near-wooden-chopping-board-9028912/ La transformación digital también ha llegado a los espacios que habitamos. En Colombia, el concepto de vivienda inteligente ha dejado de ser una tendencia lejana para convertirse en un factor diferenciador en el mercado inmobiliario, especialmente en los estratos medio y alto de ciudades como Bogotá, Medellín y Cali. Para compradores, inversionistas y propietarios que buscan modernizar sus inmuebles, entender el impacto de la domótica y la automatización ya no es opcional: es una oportunidad de valor agregado. Una vivienda inteligente es aquella equipada con tecnologías que permiten automatizar y controlar, desde dispositivos móviles o asistentes de voz, aspectos como la iluminación, la temperatura, la seguridad, el consumo energético y hasta electrodomésticos. Estas soluciones están diseñadas para ofrecer mayor comodidad, optimizar el uso de recursos y aumentar la seguridad del hogar, entre otros beneficios. Hoy en Colombia es cada vez más común encontrar propiedades —especialmente en proyectos nuevos o remodelaciones premium— con cerraduras digitales, sensores de movimiento, persianas automatizadas, sistemas de audio ambiental y cámaras de vigilancia conectadas a la nube. Lo que hace unos años parecía exclusivo de inmuebles de lujo, hoy comienza a integrarse en viviendas urbanas bien ubicadas que buscan destacarse en el mercado. Los usuarios valoran tres grandes beneficios de la tecnología aplicada a la vivienda: la eficiencia energética, la seguridad y el control remoto. En Bogotá, por ejemplo, el uso de sensores de presencia y bombillos LED automatizados puede reducir significativamente el consumo en apartamentos donde las tarifas de servicios públicos son más altas. En materia de seguridad, las cámaras IP, las cerraduras biométricas y las alarmas conectadas a aplicaciones móviles aportan tranquilidad tanto para residentes como para propietarios que arriendan su inmueble. En conjuntos residenciales, los sistemas integrados de citofonía digital y control de accesos mejoran la experiencia de los residentes y optimizan la gestión de la administración, cuando no contribuyen a abaratar los costos de la misma. Modernizar una propiedad con tecnología inteligente mejora la calidad de vida y puede aumentar su valor comercial. Una inversión moderada —como instalar una cerradura digital, luces con sensores y un asistente de voz conectado a los sistemas del hogar— puede marcar la diferencia al momento de vender o arrendar, sobre todo en un mercado competitivo. Los proyectos de vivienda nueva que incluyen sistemas domóticos desde el diseño inicial están ganando preferencia entre compradores jóvenes, profesionales que teletrabajan y familias que priorizan la seguridad. En Bogotá, por ejemplo, proyectos en zonas como Colina Campestre, Chicó y Salitre están incorporando tecnología como parte de su propuesta de valor. Ahora bien, ¿por dónde empezar si ya tienes una vivienda? La buena noticia es que no es necesario hacer una inversión grande o integral desde el principio. Muchos sistemas de automatización son modulares y permiten crecer con el tiempo. Se puede comenzar por instalar bombillos inteligentes, cámaras de seguridad Wi-Fi o asistentes virtuales, e ir integrando poco a poco dispositivos compatibles. Además, al tener acceso a energía eléctrica estable y conectividad de alta velocidad en la mayoría de barrios de estratos 3 a 6, Colombia ofrece condiciones propicias para que la vivienda inteligente se expanda. Así pues, en la actualidad es claro que las viviendas inteligentes ya no son una promesa de futuro: son parte del presente del mercado inmobiliario colombiano. La tecnología aplicada al hogar no solo mejora el confort y la seguridad, sino que se convierte en un factor decisivo al momento de comprar, arrendar o invertir. Para los propietarios, representa una oportunidad concreta para diferenciar su inmueble. Para los compradores, una forma de mejorar su calidad de vida. Y para los inversionistas, un camino hacia una mayor valorización y competitividad.

  • Inversión en locales comerciales vs. oficinas: ¿qué ofrece mejores rendimientos hoy en Bogotá?

    Foto de David: https://www.pexels.com/photo/black-office-rolling-chair-beside-white-wooden-table-3712597/ El mercado inmobiliario comercial en Bogotá vive un momento de transformación. Los cambios en los hábitos de consumo, el auge del comercio electrónico y la consolidación del trabajo remoto están redefiniendo la demanda de espacios comerciales y corporativos. Para los inversionistas, comprender estas dinámicas no es opcional, sino la base para evaluar riesgos y proyectar retornos reales. Los locales comerciales  mantienen una demanda estable, especialmente en áreas con alto flujo peatonal, buena conectividad y concentración de servicios. Sectores como Chapinero Central, Usaquén, Cedritos, Galerías y Modelia, así como los alrededores de centros comerciales como Gran Estación, Titán Plaza o Centro Mayor, continúan mostrando bajos niveles de vacancia y buena rotación de arrendatarios. El dinamismo se concentra en locales de tamaño intermedio (40-80 m²) utilizados para negocios de proximidad: cafeterías, farmacias, minimercados, gimnasios boutique y servicios de conveniencia. Los contratos suelen ser de largo plazo, con arrendatarios dispuestos a asumir adecuaciones que mejoran el inmueble. Sin embargo, el segmento no está exento de retos. El crecimiento del comercio electrónico reduce la demanda de grandes espacios de exhibición y afecta a formatos tradicionales como tiendas de ropa de cadena o artículos de lujo. En zonas donde los hábitos de consumo se han digitalizado más rápido, como en corredores comerciales secundarios, algunos propietarios han debido reducir cánones o adaptar sus espacios para nuevos usos. El sector de oficinas , por su parte, ha sido uno de los más impactados por la pandemia. El teletrabajo y los modelos híbridos provocaron aumentos en la vacancia, sobre todo en edificios Clase B ubicados en zonas saturadas de oferta. Áreas como el corredor de la Calle 100, la Carrera 7, Salitre y el Centro Internacional han tenido que ajustar precios para atraer arrendatarios. No obstante, hay señales de recuperación, especialmente en edificios Clase A  con certificaciones sostenibles (LEED, EDGE) y servicios integrados. Espacios como Atrio en el Centro Internacional o Connecta en Fontibón están captando empresas que buscan ubicaciones estratégicas, áreas comunes eficientes y contratos flexibles. En estos casos, la vacancia se reduce y los cánones tienden a estabilizarse. La tendencia muestra que las oficinas no desaparecerán, sino que evolucionarán: se demandan espacios más pequeños pero con áreas colaborativas, salas de reunión inteligentes y ubicación cerca de nodos de transporte. Los locales comerciales  en zonas prime  de Bogotá generan rendimientos brutos entre el 6% y 9% anual , dependiendo del perfil del arrendatario y de la estabilidad del contrato. Por ejemplo, un local bien ubicado en Cedritos, arrendado a una cadena de farmacia con contrato a largo plazo, puede ofrecer retornos cercanos al 8% con riesgo mínimo. En oficinas , la rentabilidad actual se ubica entre el 5% y 7% anual  para espacios Clase A, mientras que los edificios Clase B o C pueden estar por debajo del 5% debido a mayores vacancias y concesiones en precio. A pesar de este ajuste, inversionistas con visión de largo plazo pueden aprovechar precios más bajos hoy para obtener plusvalías cuando la demanda se estabilice. Así las cosas, la rentabilidad depende del tipo de inmueble y de variables críticas como: Ubicación estratégica:  proximidad a transporte, densidad poblacional, concentración empresarial. Perfil del arrendatario:  solidez financiera, sector de actividad, permanencia esperada. Condiciones contractuales:  duración, ajustes anuales, garantías y penalidades. Tendencias del mercado:  comercio electrónico, adopción de teletrabajo, normativas de uso de suelo. Costos de adecuación y mantenimiento:  particularmente relevantes en oficinas, donde la modernización es clave para competir. Por ejemplo, un local en la Calle 116 con alto tráfico vehicular puede ser rentable para un banco o un café de franquicia, mientras que una oficina en un edificio sin certificaciones ambientales podría requerir inversiones para mantenerse atractiva frente a competidores más modernos. En suma, invertir en locales comerciales hoy ofrece retornos más predecibles, especialmente en ubicaciones de alta demanda y con arrendatarios sólidos. Las oficinas, aunque presentan menor rentabilidad en el corto plazo, ofrecen oportunidades para quienes buscan diversificar su portafolio y están dispuestos a apostar por espacios modernos y sostenibles con potencial de valorización. En ambos casos, el éxito de la inversión en locales comerciales vs. oficinas radica en el análisis técnico del mercado, la selección precisa del inmueble y el acompañamiento de profesionales con experiencia local. El mercado de Bogotá sigue ofreciendo oportunidades, pero exige decisiones estratégicas respaldadas por datos y visión de largo plazo.

  • El teletrabajo y las decisiones inmobiliarias en Bogotá

    Foto de Ivan Samkov: https://www.pexels.com/photo/a-person-using-a-laptop-while-on-the-carpentry-workbench-4491918/ En los últimos años, el teletrabajo dejó de ser una solución temporal para convertirse en un nuevo estilo de vida laboral. En ciudades como Bogotá, esta tendencia sigue impactando el mercado inmobiliario, modificando así mismo las preferencias de compradores y arrendatarios que buscan hogares adaptados a sus nuevas necesidades. Antes de la pandemia de 2020, vivir cerca de la oficina era una prioridad. Hoy, el teletrabajo y las decisiones inmobiliarias van de la mano en Bogotá y la Sabana. Quienes trabajan desde casa valoran más el confort, la tranquilidad y el entorno del barrio. Muchos prefieren alejarse del ruido y el tráfico, optando por zonas de la Sabana de Bogotá como Chía, Cajicá o Cota, donde es posible encontrar propiedades con jardines, terrazas y espacios amplios, sin renunciar a la conectividad con la ciudad. El teletrabajo también ha aumentado la demanda por viviendas que cuenten con áreas versátiles, donde una habitación pueda transformarse en oficina, estudio o sala de reuniones virtual. Esto ha llevado a constructores y remodeladores a integrar diseños más flexibles y funcionales. En el mercado de alquiler, los arrendatarios buscan inmuebles que les permitan trabajar cómodamente sin incrementar mucho sus costos. Apartamentos con balcones, buena iluminación natural, redes de internet de alta velocidad y servicios cercanos se han vuelto más atractivos. Incluso algunos conjuntos han comenzado a ofrecer zonas de coworking para sus residentes, un plus que marca la diferencia. Para los propietarios, adecuar los espacios pensando en el teletrabajo aumenta el atractivo de su inmueble. Un simple escritorio empotrado, un buen sistema de iluminación o la instalación de fibra óptica pueden influir en la decisión de un comprador o inquilino. Los inversionistas, por su parte, encuentran oportunidades en proyectos suburbanos con buena conectividad vial y oferta de servicios, ya que estos sectores han mantenido una valorización estable gracias a la creciente demanda. Todo indica que el teletrabajo seguirá siendo un factor determinante en el comportamiento del mercado inmobiliario. Los barrios y municipios que ofrezcan tranquilidad, infraestructura de calidad y acceso eficiente a la ciudad seguirán ganando protagonismo. Si estás buscando vivienda, considera estas tendencias. Y si eres propietario, adapta tu inmueble a las nuevas necesidades del mercado: la demanda se inclina hacia espacios que no sólo se habitan, sino que también se disfrutan trabajando.

  • Cómo elegir una propiedad en un sector tranquilo en Bogotá

    Foto por Scott Webb: https://www.pexels.com/photo/two-gray-bullet-security-cameras-430208/ En Bogotá, la seguridad es uno de los factores más determinantes al momento de comprar vivienda. La percepción de tranquilidad del barrio afecta directamente la calidad de vida de quienes lo habitan y el potencial de valorización de la propiedad. Elegir un sector seguro no es cuestión de suerte: requiere observación, análisis y asesoría experta. La seguridad en la ciudad no es homogénea. Dentro de una misma localidad pueden coexistir sectores muy distintos. Por ejemplo, en la localidad de Suba, barrios como Niza o Pontevedra cuentan con bajos índices de criminalidad y una organización comunitaria activa, mientras que otras zonas cercanas presentan mayores retos en materia de seguridad. Antes de tomar una decisión, es recomendable consultar fuentes confiables, como los reportes del Observatorio de Seguridad de la Alcaldía, que publican estadísticas actualizadas de delitos por barrio y localidad. La percepción de seguridad también se construye al hablar con quienes ya viven allí. Conversar con residentes o administradores de conjuntos permite conocer de primera mano situaciones como robos frecuentes, problemas de movilidad o presencia de cámaras y vigilancia. Por ejemplo, los vecinos de Cedritos suelen destacar la presencia de frentes de seguridad y una red activa de comunicación, lo que brinda mayor tranquilidad a nuevos compradores. El tipo de urbanización es otro punto clave. Los conjuntos cerrados con vigilancia 24/7, portería estricta y sistemas de cámaras ofrecen un nivel adicional de protección. Si buscas un apartamento en zonas como Salitre o Modelia, verificar que existan protocolos claros de acceso y áreas comunes bien iluminadas hará una gran diferencia. En casas de barrio abierto, vale la pena observar si existen alarmas comunitarias, iluminación en las calles y una relación cercana con la Policía del cuadrante. La infraestructura del entorno también suma o resta tranquilidad. Calles bien mantenidas, parques cuidados y vías principales cercanas (como las de Rosales o Usaquén) generan un ambiente más seguro. Por el contrario, zonas con lotes baldíos, escasa iluminación y poca presencia comercial pueden resultar menos atractivas para las familias. Finalmente, no subestimes la organización comunitaria. Barrios como La Soledad o algunos sectores de Teusaquillo son ejemplo de comunidades activas que trabajan en conjunto con autoridades locales, implementando frentes de seguridad y actividades vecinales para prevenir riesgos. Para quienes buscan invertir, estos factores son aún más relevantes. Una propiedad en un sector percibido como seguro tiende a mantener e incluso incrementar su valor con el tiempo. Un apartamento en Colina Campestre, por ejemplo, no solo ofrece tranquilidad, sino que mantiene una alta demanda en el mercado de arrendamientos. Elegir una propiedad en un sector tranquilo implica mucho más que visitar el inmueble. Recorre el barrio en diferentes horarios, analiza la movilidad, observa el comportamiento del entorno y apóyate en un agente inmobiliario con conocimiento local. Así garantizarás que tu compra no sólo se ajuste a tu presupuesto, sino que también te brinde la paz y seguridad que buscas para tu hogar.

  • Flores en el hogar: ¿naturales o artificiales? Encuentra el equilibrio perfecto para tus espacios

    Foto por Abigail Bellen: https://www.pexels.com/photo/yellow-flower-field-3638078/ Decorar con flores es una de las formas más efectivas de llenar un hogar de vida, color y armonía. Ya sea con arreglos naturales o versiones artificiales de alta calidad, las flores aportan belleza, calidez y un toque personal a cualquier rincón. Pero ¿cuál opción conviene más según el espacio, el estilo de vida o la atmósfera que deseas crear? La respuesta no es una u otra, sino un uso inteligente y equilibrado de ambas. Nada reemplaza la frescura y el aroma de las flores naturales . Un ramo recién cortado puede transformar la energía de una sala, iluminar un comedor o volver más acogedora una habitación. Las flores frescas conectan con la naturaleza, elevan el estado de ánimo y aportan un dinamismo único, porque cambian según la época del año y se renuevan constantemente. Sin embargo, requieren ciertos cuidados: cambio de agua, luz adecuada y una reposición frecuente. Esto puede representar una inversión de tiempo y dinero, especialmente si vives en ciudades como Bogotá donde no siempre es fácil encontrar variedad a buen precio o si tu ritmo de vida no permite mantenerlas como se debe. Las flores artificiales , por su parte, han evolucionado notablemente. Hoy existen opciones de excelente calidad, con texturas realistas y acabados muy detallados. Bien elegidas, pueden aportar elegancia y color a largo plazo, sin necesidad de mantenimiento. Son ideales para zonas donde las condiciones no favorecen a las naturales: espacios con poca luz, rincones de difícil acceso o lugares que requieren decoración constante, como pasillos o baños. Además, permiten jugar con estilos decorativos más audaces, sin preocuparse por la estacionalidad o la durabilidad. Y si se combinan con elementos como jarrones de diseño, fibras naturales o iluminación adecuada, el resultado puede ser sorprendentemente sofisticado. Así pues, no se trata de elegir una y descartar la otra. La clave está en el equilibrio. Puedes usar flores naturales en espacios comunes como la sala o el comedor, donde se disfrutan más y se renuevan con facilidad, y optar por arreglos artificiales en áreas menos ventiladas o más exigentes, como baños, pasillos o incluso cocinas. Un buen truco es mezclar ambas  en un mismo arreglo: combinar ramas artificiales con flores frescas permite volumen, duración y naturalidad. Otra recomendación: elige flores artificiales de tonos sobrios y materiales realistas. Evita los colores excesivamente brillantes o los acabados plásticos evidentes, que pueden restar elegancia. Las flores, sean naturales o artificiales, hablan de quienes habitan un espacio. Reflejan estilo, cuidado por los detalles y una intención estética transforma la casa en hogar. No necesitas tener conocimientos de diseño para incorporarlas: basta con observar tu entorno, identificar qué atmósfera quieres crear y dejarte guiar por tu intuición. En últimas, las flores en el hogar no son un simple adorno: son una forma de expresión, una conexión con lo esencial, una invitación a habitar con más belleza y sensibilidad cada espacio de la vida cotidiana.

  • Vender un inmueble por debajo del precio de compra en Colombia: marco legal, impacto tributario y mejores prácticas

    Foto por Anete Lusina: https://www.pexels.com/photo/person-choosing-document-in-folder-4792285/ En un mercado volátil o ante la necesidad de liquidez, los propietarios se preguntan si es legal vender un inmueble por debajo del precio de compra. La respuesta corta es sí; la normativa colombiana lo permite, siempre y cuando se respete un conjunto estricto de reglas y se documenten adecuadamente las razones de la disminución de valor. Fundamento jurídico y límites al precio de venta El artículo 90 del Estatuto Tributario fija el umbral mínimo al que puede escriturarse un bien raíz: nunca por debajo del costo fiscal del vendedor, del avalúo catastral ni del autoavalúo. Además, desde la Ley 1943 de 2018 las partes están obligadas a declarar bajo gravedad de juramento  que el precio reflejado en la escritura es el real y que no existen pactos privados por valores distintos; de omitirse esta manifestación, la administración presume un precio cuatro veces superior para efectos de impuestos. Aunque el Código Civil contempla la figura de la lesión enorme  —que permite rescindir el contrato si el vendedor recibe menos de la mitad del justo precio—, en la práctica se mitiga incluyendo en la escritura una renuncia expresa a esa acción cuando ambas partes, debidamente asesoradas, aceptan la transacción a pérdida. Consecuencias tributarias para el vendedor Cuando el precio de venta es igual o inferior al costo fiscal, no existe utilidad y, por ende, no se genera impuesto de ganancia ocasional. Sin embargo, la pérdida patrimonial tampoco es deducible: la normativa colombiana no permite imputar “ganancias ocasionales negativas” para rebajar la renta. El vendedor sí debe reflejar la operación en su declaración anual y conservar la trazabilidad de los pagos para acreditar que el valor recibido coincide con el escriturado. Si el negocio supera 26.800 UVT (alrededor de $918 millones en 2025), se causa el impuesto nacional al consumo del 2 %, que el notario retiene al momento de la firma, independientemente de que la venta sea con pérdida. Así mismo, cuando el comprador es persona jurídica o entidad pública, el notario practica la retención del 1 % como anticipo del impuesto de renta. Implicaciones para el comprador El precio consignado se convierte en el costo fiscal del adquirente. Comprar “barato” hoy implica que, al revender, la ganancia ocasional se calculará sobre una base baja y, por tanto, el impuesto futuro será mayor. Cualquier suma pagada por fuera de la escritura —además de estar prohibida— no podrá reconocerse como costo ni patrimonio, generando riesgos de sanción por inexactitud o renta omitida ante la DIAN. Documentación y buenas prácticas para justificar la pérdida Para blindar la operación frente a eventuales revisiones: Contrate un avalúo comercial emitido por perito certificado que acredite el valor real de mercado. Gestione la actualización del avalúo catastral si éste resulta artificialmente alto. Documente el estado físico del inmueble mediante informes técnicos y registros fotográficos. Mantenga toda la transacción dentro del sistema financiero para garantizar la plena trazabilidad. Incluya en la escritura la renuncia a la acción de lesión enorme y la declaración juramentada exigida por el artículo 90 del Estatuto Tributario. Conclusión Vender un inmueble por debajo de su precio de compra es viable y legítimo en Colombia siempre que se respete el marco normativo, se declare el valor real y se conserven soportes técnicos y financieros que expliquen la disminución. Para profesionales del sector, estructurar estas operaciones con rigor jurídico y tributario es la mejor garantía de seguridad para ambas partes y de reputación para el agente que las acompaña. Este artículo es de carácter informativo y no constituye asesoría legal o tributaria personalizada. Para casos concretos, consulte a su abogado o contador de confianza.

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